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esde el año 2004 se viene constatando en las
costasbañadaspor lasaguasdelMediterráneo,
la presencia de un conjunto de microalgas, ha-
bituales en zonas tropicales o sub-tropicales, que
han ocasionado episodios proliferaciones tóxicas
que afectan al fondo marino y en especial a de-
terminadas especies de vida sésil o con movilidad
reducida (erizos y estrellas de mar).
Pero estas proliferaciones no sólo afectan a la
vida marina, también se han relacionado con
intoxicaciones humanas, tanto por contacto di-
recto (reacciones alérgicas como enrojecimiento
de la piel, picores,…) como por inhalación en per-
sonas que se encuentran en la playa o en las
cercanías a paseos marítimos (irritaciones en las
vías respiratorias superiores, conjuntivitis, fiebre,
dolores musculares) y está comprobado que los
síntomas agudos desaparecen al poco tiempo de
alejarse de la zona marítima.
Estos organismos conocidos como
Ostreopsis
pertenecen a los dinoflagelados bentónicos
(es decir, que viven fijos a un sustrato), unos
microorganismos que viven encima de las mi-
croalgas, especialmente rodofíceas y feofíceas,
que además presentan un crecimiento exponen-
cial (cuentan con reproducción sexual y asexual)
y que llegan a cubrir amplias extensiones de fon-
do marino con un mucílago marrón dándole un
aspecto mortecino.
Ostreopsis
presenta potentes toxinas como
palytoxinas y análogas, que se encuentran en
el mucílago y en muestras de aguas marinas.
Cuando se producen las proliferaciones bentóni-
cas hay mecanismos que desencadenan que se
liberen las microalgas a la columna de agua y se
forman los aerosoles que determinan las intoxi-
caciones respiratorias que se han detectado en
determinadas playas.
Fotografías de
Ostreopsis ovata
realizadas en microscopio óptico.
Ejemplares recogidos en Almería
y en Cádiz.
Presencia de microalgas tóxicas
en las costas de Andalucía